El futuro de las jubilaciones volvió al centro de la discusión tras conocerse los lineamientos del Presupuesto 2026. Según explicó el ex titular de la ANSES, Osvaldo Giordano, el incremento del 5% en las partidas para jubilaciones previsto en el proyecto no se trasladará automáticamente a los haberes desde enero, sino que responde a una proyección global vinculada con la caída de la inflación.
Giordano detalló que el ajuste de haberes “se hace con dos meses de rezago respecto a la inflación”, por lo que, en la medida en que los precios bajen, el incremento tenderá a ser superior a la inflación mensual. En su análisis, la reducción del índice desde el 20% actual hacia el 10% permitirá generar un “pequeño espacio positivo”, aunque modesto frente a las expectativas de los jubilados.
En paralelo, el Presupuesto también contempla un fuerte recorte en los fondos destinados a sentencias judiciales de jubilados, con una asignación de $212.288 millones, un 45% menos en términos nominales que en 2025 y cerca del 60% descontando la inflación. Esto alcanzaría a cubrir solo entre 35.000 y 40.000 fallos firmes, frente a un stock de más de 270.000 juicios en trámite.
La reducción en esta partida afecta tanto a quienes perciben haberes mínimos, que desde marzo de 2024 no reciben el bono extraordinario, como a jubilados de ingresos medios y altos que reclaman retroactivos y actualizaciones. Según Giordano, la clave seguirá siendo la combinación entre la fórmula de movilidad vigente y la desaceleración de precios, sin aumentos extraordinarios previstos por fuera de ese esquema.